Con motivo de las obras de remodelación del puente sobre el río Gállego, se montó tal movida, que aquello parecía el desembarco de Normandía. Incluso los propios del lugar, nos sentíamos como desplazados de un entorno que nos era muy familiar.... , hasta el comienzo de las obras. Y no digamos para los forasteros, que al llegar a Zuera, se sentían como una pulga en un garaje.
Por fin, a quien fuera, se le encendió la bombilla, y dio en la clave de hacer las cosas..., con sentido común.
Nuestra más sincera enhorabuena. Y al pan, pan, y al vino, vino.
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