jueves, 5 de junio de 2014

ABDICACIÓN.-

Juan Carlos I deja de ser rey de los españoles, en favor de su hijo, futuro Felipe VI.
En un país como el nuestro, donde cada ciudadano tiene en mente su propia alineación de la selección nacional de fútbol, el trabajo que le espera al futuro rey, a buen seguro va a resultar arduo y complicado. Sólo hay que analizar la reacción del Sr. Mas, presidente a la sazón de la Generalitat Catalana, que en cuanto ha podido le ha sacado punta a las primeras palabras del todavía Príncipe al hacerse pública la abdicación, cuando este ha mencionado "una España diversa pero unida". D. Arturo, erre que erre: de España - país del que por cierto todavía forma parte Cataluña -, no quiere saber ni la hora.
Ahora, los partidos nacionalistas vascos, se suben a este mismo carro, el de los nacionalismos...¿ mal o tal vez excesivamente sentidos o entendidos ?. Alguien dijo, que una cosa son los regionalismos, y otra muy distinta los nacionalismos elevados a potencias con exponentes muy altos.
Y qué decir a los que ahora se desgañitan por una República, cuando la solución es tan sencilla como presentarlo a trámite en el Congreso.
Con todos respetos, esto parece un país de gritones, quijotesco y con pinceladas picarescas dignas de D. Miguel de Cervantes en su mejor época.

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