Son como todo hijo de vecino conoce, un plato compuesto pricipalmente de lechuga, pero que con el adjetivo añadido a tal efecto, aumenta los ingredientes de forma considerable.
Pensamos que vivimos un momento en lo político, de una cantidad considerable de dichos platos con muchos ingredientes, eso sí, todos con la misma idiosincrasia, o eso dan a entender.
Nos llama la atención y así nos lo parece, como un partido político emergente, se está valiendo de satélites colocados en su derredor, para que le hagan la labor del subalterno, en términos taurinos y sin pretender ofender a nadie.
A la postre, aperece el matador, termina la faena y aplausos por doquier.
Si los ciudadanos han decidido con su voto que sea así, pues que así sea.
PERO Y AHORA EN SERIO:
Que no toquen sentimientos arraigados en buen parte de la población, y más en concreto con los que nos sentimos muy, pero que muy aragoneses. Y ante todo, cuidado con los pseudo aragonesistas.
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