Embeberse de poder.

Es frecuente, encontrarse con casos de personas, que cuando poseen un cargo que implica tener influencia  sobre algo o alguien, tienden a empacharse de poder. En ese momento sufren una mutación que les transforma en gentes que no salen de mirarse a sí mismo en el espejo, en su espejo, y creerse el más inteligente, guapo y feliz, sin caer en la cuenta que en la vida por mucho que te lo creas, siempre hay alguien más inteligente, guapo y feliz que tú. Desconocen aquello de que cuanto más sabio, más humilde.
En la clase política en concreto, es una dolencia muy frecuente, que no pasa de ser un síntoma de unas complicaciones posteriores, que `pueden derivar en un  orgullo exacerbado tanto para el que lo sufre, como para los que lo padecen.
En unos tiempos en los que debemos tirar todos del mismo carro, y con el mismo rumbo, esas personas deberían hacer una reflexión muy profunda, ya que con sus actitudes, acaban perjudicando al conjunto.
Otro cantar es que sepan y quieran hacerlo.