Los últimos datos ofrecidos por la Encuesta de Población Activa reflejan un aumento del número de personas paradas en Aragón y en el conjunto de España. A nivel estatal, la tasa de paro ya alcanza un 20'33%. En Aragón, el número de parados supera desgraciadamente ya los 103.000 según la misma fuente. El último dato que conocemos de Zuera (diciembre de 2010) nos dice que hay 537 personas paradas en Zuera (quince personas más que en el mes anterior). En el mes de enero, hoy mismo hemos conocido que el paro en Aragón ha vuelto a subir en más de 2.600 personas.
La desgracia de caer en paro es, como ya he dicho otras veces, una auténtica tragedia familiar. La preocupación por llegar a fin de mes, poder atender los gastos de la familia, los niños, etc afectan y mucho a aquellos que desgraciadamente caen en el desempleo. Y es que, parece ser que soloen Aragón, casi 30.000 hogares tienen a todos sus integrantes en el paro. Esto sencillamente no es admisible. La principal preocupación de cualquier gobierno debería ser esa: políticas de creación de empleo, fortalecimiento del tejido empresarial para crear puestos de trabajo, lucha contra el paro. Pero, lamentablemente, en algunos momentos determinados políticos parecen más preocupados en otros temas que, no dudo que también tendrán su importancia, pero que en este momento deberían pasar a un segundo plano. ¿Cortinas de humo para evitar que se hable del gran problema ciudadano, el paro?
Es una evidencia que las políticas llevadas a cabo por el Gobierno Zapatero no están dando resultado. Vamos, como para que alguno se dedique a pegar papelicos por Zuera sobre empleo, cuando es su propio partido el que ha establecido las equivocadas políticas sobre empleo y economía. En fin, ver para creer.
El tema es tan sumamente grave y el fracaso de las políticas de empleo del gobierno central tan evidente que, por ejemplo, el paro juvenil en España supera el 40% (el doble que la media europea). Estos datos han hecho incluso al Fondo Monetario Internacional a advertir muy seriamente que puede haber una generación de jóvenes perdida en el paro, y esto es especialmente preocupante porque ¿qué futuro les espera a los jóvenes de Zuera, de Zaragoza, de Aragón o de cualquier otro lugar del Estado? Y no solo el futuro, ¿a qué presente se enfrentan los más jóvenes?
El paro se combate con políticas eficientes, tomadas a tiempo y destinadas a la creación de empleo. Y no vale cualquier forma. Los ciudadanos exigen, y con razón, empleo de calidad en lugar de los cada vez más frecuentes puestos mileuristas (si llegan).
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